martes, 26 de agosto de 2008

Los nuevos emprendedores


Ex corredores de bolsa han invertido hasta en estaciones de gasolina y han abierto los ojos ante otros negocios.



Leía hace unos días que en Wall Street ya es normal encontrar a antiguos corredores y banqueros de inversión trabajando como dueños de restaurantes, empresarios e incluso, como comerciantes de productos para mascotas. En Colombia, aunque la dimensión de la desaceleración en el mercado de valores no es comparable con la de Estados Unidos (se habla de pérdidas por cerca de 500.000 millones de dólares en esa economía), es claro que los corredores de bolsa han sentido en carne propia los embates de un menor dinamismo del negocio, aunque en la mayoría de los casos esa situación ha sido capoteada con altura.

Los más veteranos del mercado anticiparon la ‘destorcida’ y salieron a tiempo del negocio que por mucho tiempo llenó sus bolsillos: la especulación con títulos de tesorería (TES) ó posición propia. Pasaron de manejar portafolios de 10.000 millones de pesos a montar criaderos de caballos, fábricas de muebles, comercializadoras de juguetes e incluso estaciones de gasolina, que con los precios de los combustibles se han convertido en una rentable opción de negocio.

Los que se quedaron en las mesas de dinero lo tienen claro: el norte de las firmas y de los operadores del mercado ya no son ni las cuentas de margen (contratos de compras al ‘debe’ de papeles), ni la especulación con TES y mucho menos los millonarios portafolios del pasado. Ahora el negocio es la administración de liquidez y la búsqueda de clientes personas naturales.

Los que se fueron ya son vistos como emprendedores, es decir, empresarios que se atrevieron a dar el salto, generan empleo y logran salir de la zona de ‘confort’ que en su momento fue la bolsa, cuando todos ganaban porque las condiciones del mercado eran favorables.

Pero también están los que se quedaron, aunque en condiciones menos atractivas que las de antes: por ejemplo un vendedor ‘estrella’ se podía ganar 20 millones de pesos al mes hace dos años y hoy lo hace en 8 millones de pesos. La diferencia: hoy su esfuerzo es superior y su cabeza debe estar abierta a la innovación porque el mercado dejó de ser el mismo.

Hoy un recién egresado se puede ganar 1,5 millones de pesos cuando en el pasado el sueldo oscilaba entre los 2,5 y 5 millones de pesos.

“Las crisis sirven para poner los pies sobre los tierra. Es sano entender que sembrando todos los días se puede recoger y cuando está en bonanza seguir haciéndolo”, comenta una operadora, que en sus ‘mejores tiempos’ logró hacerse una fortuna y que hoy, aunque se gana 95 por ciento menos que hace dos años, es feliz porque aprendió el valor del dinero y está empeñada en sacar adelante su pequeña empresa.

Eso no quiere decir que el negocio de bolsa no sea rentable, ni más faltaba, dicen los propios agentes del mercado. Lo que pasa es que con las condiciones actuales no se puede pensar en rendimientos en el corto plazo como sí ocurría en el pasado.

“Uno no puede levantar una familia apostando”, cuenta un operador, quien se refiere a un colega suyo que dejó atrás su puesto en una de las comisionistas más grandes para trabajar en el sector público, después de sufrir las consecuencias de los altibajos del mercado.

Aunque en la vida es apenas natural que todo ‘cuarto de hora’ termine en algún momento, el verdadero valor se mide por la grandeza que nace en medio de las vicisitudes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo me ayudaba vendiendo Herbalife, ahora volví a la bolsa

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Periodista

Bogota, Colombia
Editora financiera del diario La Republica