viernes, 12 de diciembre de 2008

Oiga sumercé ¿y cómo es eso del seguro de vida? (*)

En Tuta, un municipio ubicado a 26 kilómetros de Tunja (Boyacá), con 1.600 habitantes en el casco urbano y 8.500 en el rural, desde hace dos meses se empezó a hablar de pólizas de vida.

Hace seis meses a María Yolanda Bolívar, una campesina boyacense de 28 años de edad, un toro enfurecido la puso a volar con una monumental embestida. “Por poco y me deja por fuera de este mundo. Estaba recogiendo ganado para ordeñar. Donde el animal hubiera tenido cachos, ya no estaría contando el cuento”, dice hoy entre risas. Ella, hace un mes se animó a comprar un seguro de vida, hasta entonces desconocido en su natal Tuta, por el que paga 10.000 pesos mensuales.

Lo raro es que en este pueblo los campesinos, en su mayoría agricultores de papa, cebada y ganado normando, se mueren de viejos y no precisamente de infarto, enfermedades incurables o violencia.

El artífice de esta iniciativa es Álvaro Mariño, gerente de la seccional del Banco Agrario, quien reconoce que vender seguros es más difícil que ofrecer créditos. Razones sobran: los bajos ingresos, el desconocimiento, las condiciones demográficas y hasta por ‘agüero’, hay quienes prefieren abstenerse de adquirir un amparo.

Pero los argumentos de Mariño, quien les enseña a los campesinos conceptos básicos sobre ahorro, endeudamiento y cómo manejar una tarjeta de crédito, les resultan convincentes: “¿se acuerdan del aserrador de 32 años al que le cayó un árbol encima y duró 12 horas muriéndose? ¿les gustaría dejar sin un peso a sus hijos?”.

La póliza más barata, de cinco millones de pesos y que se descuenta del crédito, le cuesta a un agricultor 4.960 pesos mensuales, lo que se gastaría en una tarde de tejo en cuatro cervezas.

Mientras María Yolanda ya empieza a preocuparse por ofrecerle una mejor vida a sus tres hijos de 4, 5 y 6 años, así como a su esposo Abinael, un cultivador de papa, cebolla y arveja, quien también tomó la póliza, las cifras de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) reflejan que el país está rezagado en la adquisición de este tipo de servicios.

En Colombia, se invierte un valor cercano a los 25 dólares al año en seguros de vida, es decir 50.000 pesos al año ó 4.200 pesos mensuales. “Si excluimos los ramos de seguros relacionados con la seguridad social, la cifra no superaría los 27.000 pesos anuales, es decir, 2.200 pesos mensuales”, según el director de la Cámara de Vida de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Armando Zarruk.

Según el gremio, la penetración es de 2,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y la meta es subirla a 3 por ciento en 2015. Eso no lo saben los ni los agricultores de Tuta y seguramente tampoco casi 12 millones de personas que viven en poblaciones rurales.

Pero en Tuta, la historia es otra: en un mes se han vendido 85 seguros y ante la curiosidad por el nuevo servicio, a la oficina de don Álvaro llegan los campesinos con la típica pregunta: “venga sumercé y ¿cómo es eso de los seguros de vida?”.


¿Qué dicen los agricultores?

‘Primíparo’
Don Anselmo Alba es uno de los 865 clientes activos del Banco Agrario en Tuta y reconoce que jamás en su vida había oído hablar de este tipo de amparos. De hecho, hace poco se ‘inició’ como usuario bancario con una tarjeta de crédito que apenas aprende a usar. Los cajeros electrónicos aún no los sabe manejar. “Compré un seguro de 10 millones de pesos. Uno no sabe qué puede pasar”.


Me tumbaron

Abínael Rivera se declara ‘tumbado’ por la venta de un seguro de exequias que sagradamente pagó durante cuatro años por 10.000 pesos al mes. “Al comienzo me prometieron esta vida y la otra, después nos dijeron que no cubrían ni el cajón. A ellos no los hemos vuelto a ver por el pueblo. Le dije a mi hermano: no nos pongamos a pendejiar con eso. Ahora, compré un seguro de vida”, dice.


¿Y eso cómo es?
Doña Adelina Rodríguez, aún no se anima a comprar una póliza de seguros y no puede ocultar la cara de terror que le produce el hecho de saber que va a morir en algún momento. Ella también trabaja en el campo y es persuadida a diario por otros para hacerse a una póliza, continuamente escucha historias de agricultores que se intoxicaron con insumos agropecuarios o de accidentes con máquinas en las fincas.


Un toro la animó
La embestida que le propinó un toro en la finca “Casa de Teja”, fuera del casco urbano de Tuta, hace seis meses, fue una razón de peso que animó a María Yolanda Bolívar a adquirir una póliza. Sin embargo, no sólo la vida mueve a los campesinos: la aseguradora Mapfre, ofrece coberturas de cultivos, que complementan el programa subsidiado por el gobierno que contrata coberturas climáticas, vientos fuertes, heladas, granizo e inundaciones.


Plan piloto
Tuta fue el eje de una estrategia del Banco Agrario para ofrecer pólizas a los campesinos. Según el gerente de la oficina de Tuta, Álvaro Mariño, la idea es llegar al pequeño agricultor que se dedica a actividades como la ganadería y el cultivo de frutas como las ciruelas, peras, duraznos y manzanas, que son fuertes en la región.


La competencia
Hasta ahora en el país se está abriendo paso el negocio de asegurar la vida del campesino, aunque existen iniciativas para proteger su producción en el caso de Mapfre y hasta hace algún tiempo, La Previsora. Una de las razones que inhibe el desarrollo del crédito al pequeño agricultor tiene que ver con los recurrentes subsidios que se le ofrece al campesino en caso de pérdida de cosecha. Incluso, hay pólizas que cubren siniestros mayores como los actos malintencionados de terceros, en caso de eventos terroristas en el campo.

Artículo ganador en la categoría prensa del Premio Fasecolda 2008 (*)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones, muy merecido

Anónimo dijo...

Felicitaciones, lo tienen muy merecido, tienen una investigación y redacción excelente, espero que sigan cosechando muchos logros mas

Sergio. dijo...

Felicitaciones por el artículo y felicitaciones a Alina.

Su trabajo, recopilación, conocimiento y forma de presentar la noticia o el reportaje es excelente.

Felicidades

Sergio Iván Zapata
sergio.zapata@ceipa.edu.co.

p.d. Me voy a "robar" algunas notas para mi blog www.ceipafinancial.blogspot.com y para el ning www.ceipafinancialgroup.ning.com

Anónimo dijo...

Muchas gracias Sergio y espero que podamos retroalimentarnos con información, mil gracias.

Anónimo dijo...

A mi siempre me ha parecido, que los articulos publicados por esta senhora solo sirve para alimentar mayores esteriotipos sobre los niveles educativos de las personas de bajos recursos, donde en todos sus escritos se caracterizan ya sea por tener un desconocimiento de la realidad economica (es como pretender que fuese obligacion de todo el mundo conocer el impacto de la crisis financiera global, cuando ni los economistas se ponen de acuerdo sobre su impacto) o el uso de un lenguaje inapropiado y frases demasiado coloquiales.

Anónimo dijo...

Alina:Por que nos haz abandonado?

OT:hoy leí con agrado una noticia que seguramente tambien conoce:
Ningún periodista fue asesinado en Colombia durante 2008, algo que no ocurría en 20 años
Un saludo
K

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Bogota, Colombia
Editora financiera del diario La Republica